El acto de subirse a un auto equivale para el Papa Francisco la difusión de un mensaje. El 28 y 29 de abril de 2017 emprendió una gira por Egipto. Utilizó para sus desplazamientos OFICIALES, según informara días antes Greg Burke, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, un vehículo normal, sin blindaje preventivo. Antes, en septiembre de 2015, había sorprendido en su visita a Nueva York por realizar sus movimientos protocolares a bordo de un Fiat 500 Lounge, un modelo modesto exento de estridencias.
El 15 de julio de 2013, el padre Renzo Zocca, párroco de Santa Lucía de Pescantina, provincia de Verona, le había ofrecido a modo de ofrenda un Renault 4L que ya no usaba. El 10 de agosto de ese año el Papa se comunicó, le preguntó si estaba seguro de querer regalárselo, si no le servía a otra persona y se preocupó por si él no tenía otro auto para moverse. "Reconocí enseguida la voz. Así, después de haberle escrito una carta comentándole la posibilidad de cederle mi viejo auto, él me llamó y nos pusimos de acuerdo", explicó Zocca.
Un fotógrafo de AFP encontró al Sumo Pontífice subiéndose a un Renault blanco retro, con la palanca de cambios al costado del volante, con la suspensión trasera elevada y una figura fácilmente reconocible. Iba a la vigilia por la paz en la Plaza San Pedro sentado en el asiento del acompañante de un modelo histórico de los años 70, el entrañable Renault 4L.
De estas pequeñas historias, que respaldan su comportamiento austero, modesto y de renovación cabal de la Iglesia, se sustentan las lecciones que difundió cuando en el último año recibió tres automóviles a modo de obsequio. El último, una edición especial de un Lamborghini Huracán RWD Coupé. El deportivo de apenas 1,16 metros de alto combina un blanco inmaculado con detalles en dorado que emulan los colores de la bandera del Vaticano. Fue una ofrenda de la automotriz italiana, firmada y bendecida por el Papa, que será rematado por la casa de subastas Sobethy's en 2018 con distintos fines benéficos: incrementará los fondos para mujeres víctimas de trata y prostitución, casas de refugiados cristianos de Irak y organizaciones no gubernamentales de ayuda humanitaria en África. Su valor en el mercado automotor asciende a 230 mil dólares, una suma que se multiplicará por las características exclusivas del ejemplar.
Pero el Lamborghini Huracán papal no es precisamente un automóvil afín a la filosofía del Papa. Cuando en marzo de 2017 Francisco recibió un Nissan Leaf se convirtió en el primer líder mundial en movilizarse en un automóvil absolutamente sustentable. Amén de una política heredada de Benedicto XVI, quien en 2008 formalizó la instalación de 2.400 paneles solares sobre los techos del estado romano, el Vaticano quiere convertirse en el primer estado del mundo en liberar de emisiones de dióxido de carbono su campo automotor.
En junio recibió un Opel Ampera-e en comunión con su política de concientización ambiental. La versión europea del Chevrolet Bolt monta un motor de 204 CV de potencia alimentado por baterías de ión-litio de 60 kWh, prestaciones que le darán la posibilidad de acelerar de cero a cien kilómetros por hora en 7,3 segundos y alcanzar los 150 de velocidad máxima y 520 kilómetros de independencia de carga. Así renueva su flota de autos oficiales de combustión tradicional: en homenaje a la celebración del evento "Laudato Si: la Sostenibilidad de la Comunicación y la Innovación", Jorge Bergoglio se reunió con Karl-Thomas Neumann, presidente y consejero delegado de la empresa alemana. Bajo esa atmósfera, el Vaticano y Opel -ex firma perteneciente a General Motors y ahora inmersa en el Grupo PSA- entablaron alianzas y acuerdos en procura de trabajar de manera mancomunada en programas de movilidad sostenible.
Son proyectos que obedecen al plan macro de hacer de la Ciudad del Vaticano el primer país libre de dióxido de carbono en generación de energía y en las estructuras de movilidad urbana. "Nuestro nuevo Ampera-e hará que la movilidad eléctrica sea factible para el uso diario sin ningún tipo de compromiso", afirmó el presidente de la automotriz. Meses antes, Wermuth Asset Management, un grupo inversor alemán especializado en energía renovable, le había regalado al Sumo Pontífice el automóvil eléctrico más vendido del mundo: el Nissan Leaf, con más de 280 mil unidades distribuidas y la omisión de 328.482 toneladas de CO2.
Según informara el periódico teutón Der Spiegel, la compañía le había hecho llegar en principio un Tesla Model S, pero Francisco sugirió que no lo recibiría y pidió un modelo más modesto. Detalles, conductas que distinguen al Papa argentino, como el escudo de San Lorenzo colocado en la cabina papal, sólo es visible desde adentro del habitáculo, que lucía una de las tres Chevrolet Traverse modificadas que utilizó en Colombia.
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